martes, 24 de febrero de 2015

El segundo acto más maravilloso de la naturaleza humana

Los primeros seis meses de vida de un bebé, son una etapa de rápido crecimiento y desarrollo no sólo físico sino emocional y neurológico, por lo tanto necesita recibir protección inmunológica y mucho amor, cariño y muestras de afecto. La más óptima manera de lograrlo es a través de la lactancia materna exclusiva durante este periodo, tal y como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud, incluso sugiere continuarla hasta los dos años de edad una vez iniciada la alimentación complementaria, o el mayor tiempo posible.

La leche materna es el alimento perfecto para los bebés, ya que no necesita preparación para ingerirla, contiene los nutrientes necesarios y va cambiando con el tiempo, es decir, se adapta naturalmente a cada etapa del bebé, a cada horario del día en que realizan las tomas (mañana, tarde y noche), e incluso en el momento en que es consumida es más ligera al inicio y más rica en grasas al final.

Después del parto es recomendable iniciar con la lactancia en la primera media hora o lo antes posible, para acelerar la recuperación y estimular la producción de calostro y posteriormente de leche. Nunca se debe dar chupete, esto interfiere con el reflejo de succión y confunde al bebé. Se debe amamantar a libre demanda, recordando que entre más veces se dé pecho al pequeño, mayor será la producción y es más beneficioso para ambos. Hay que tener presente que “a libre demanda” significa respetar el ritmo y las necesidades del bebé, aunque la producción de la leche de mamá se regula con la demanda del pequeño, nunca se debe apresurar o retirarlo de comer antes de que él lo desee y debe dársele siempre que lo pida o muestre señales de hambre.

La lactancia materna brinda al bebé beneficios de gran importancia, ya que lo protege de enfermedades comunes e infecciosas como diarrea, catarro, otitis, entre otras, y a futuro de obesidad o alergias, reduce el riesgo de padecer muerte súbita, favorece el desarrollo intelectual y emocional dando seguridad, consuelo, compañía y cariño. Aquella madre que amamanta tiene una recuperación más pronta después del parto, reduce el riesgo de padecer osteoporosis, cáncer de mama y de ovario, mejora su autoestima y confianza y genera un vínculo afectivo especial con su hijo, tiene además una gran ventaja en la cuestión económica y ecológica, por eso se recomienda continuarla el mayor tiempo posible.

Es importante saber que existe todo un marco teórico que protege y promueve la lactancia materna a nivel internacional, y toda mujer tiene derecho a ser apoyada por el personal del servicio de salud de su comunidad, o por grupos de mujeres capacitadas, para llevar a cabo una lactancia exitosa. Existen diversos casos en los que puede haber dificultades o incluso impedimentos para amamantar como lo son: la adopción de un hijo, mujeres con VIH, bebés intolerantes a sustancias de la leche, madres de gemelos o más de dos hijos en lactancia, etc. sin embargo se sugiere buscar el apoyo y la supervisión de un especialista para que se logre la lactancia materna o bien una alimentación adecuada para los pequeños.

Recordemos siempre que comer sano, evitar el consumo de sustancias nocivas, hacer ejercicio una vez recuperadas y descansar siempre que sea posible, son parte de la clave de una lactancia exitosa. Amamantar es el mayor acto de amor hacia un hijo, sin embargo, es todo un arte que al principio requiere de paciencia, toda nuestra entrega y atención al bebé, sensibilidad, intuición, confianza en nosotras y en que nuestro cuerpo es capaz de producir y alimentar a nuestro pequeño. Después de dar a luz, es el segundo acto más maravilloso de la naturaleza humana, así que hagámoslo el mayor tiempo posible!!

domingo, 22 de febrero de 2015

El nacimiento marca tu vida

El momento del parto para una mujer es una experiencia maravillosa, única e incomparable, pues con este acontecimiento inicia ella una nueva vida como mamá y a su vez da la bienvenida a este mundo a un nuevo ser, quien debe ser recibido en óptimas condiciones en todos los aspectos, ya que del trato y atención que reciba dependerá gran parte de su desarrollo emocional, social, físico y mental a futuro.

Sin embargo la intervención excesiva e inadecuada de la ciencia en el parto, ha afectado y deshumanizado este maravilloso acontecimiento, convirtiéndolo en algo rutinario para los médicos y el personal de apoyo, en algo incómodo, doloroso y complicado para las madres, y en consecuencia algo traumático para los pequeños que llegan a este mundo. Lamentablemente hoy en día, estamos acostumbrados a verlo como algo “normal” por el contexto social, tecnológico, la ideología, la situación económica y otras circunstancias que nos impiden ser conscientes de la importancia que se le debe de dar al nacimiento de un nuevo ser. Además de que en el país la pésima organización y falta de inversión en el Servicio de Salud, no ayudan en absoluto a mejorar esta situación.

Ante esto, existen asociaciones y organizaciones conformadas por especialistas: Doulas, Médicos, Epidemiólogos, Sociólogos, Etnólogos, Enfermeras, Parteras, Mujeres que son madres, y demás, que basados en la ciencia defienden y promueven el Parto Humanizado, sin violencia, pues de ello depende el futuro de un individuo y el de la humanidad entera.

Un parto humanizado, implica el respeto a los derechos tanto de la madre como del recién nacido. Existe incluso un marco legal internacional que identifica plenamente los derechos relacionados a la vida reproductiva:
- Derecho a la dignidad personal.
- Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad de las personas.
- Derecho a no ser sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes.
- Derecho a la salud.
- Dercho a la igualdad en atención de la salud, a que no haya discriminación de ningún tipo.

Por ello la Organización Mundial de la Salud recomienda abandonar las siguientes formas de cuidado e intervenciones en  el embarazo, trabajo de parto y nacimiento, después de comprobar mediante estudios científicos que no existe mejoría o reducción de riesgos incluso en ocasiones resultan ser dañinas:
  • Suplemento de hierro si no está indicado, un nivel bajo del mismo es fisiológico en el embarazo.
  • Uso rutinario de ecografías y Evaluaciones perinatales con enfoque de riesgo, ya que éstas no pueden predecir si se desarrollarán complicaciones.
  • Prohibir el acompañamiento de un familiar, así como visitas posteriores al parto.
  • Restricción de líquidos o comidas ligeras en el trabajo de parto.
  • Dejar a las madres sin atención durante el trabajo de parto.
  • No permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado.
  • Rasurado, Enema y Episiotomía rutinarios.
  • Exámenes vaginales frecuentes para evaluar dilatación.
  • Inducción del parto antes de las 42 semanas, así como la ruptura artificial de membranas en forma rutinaria.
  • Administración de oxitócicos, Uso de sedantes /tranquilizantes, o infusión intravenosa de rutina.
  • Monitoreo fetal electrónico.
  • Posición horizontal y restricción de la posición materna en trabajo de parto.
  • Cesárea rutinaria después de cesárea previa.
  • Separar a las madres de sus hijos cuando estos se encuentran en buen estado de salud.
  • Lactancia con restricciones.
  • Administración de agua/glucosa, o fórmulas lácteas en forma rutinaria a los recién nacidos.

Asimismo basado en estudios, la OMS establece las recomendaciones adecuadas para el cuidado y la atención antes, durante y después del parto:
  • Evaluar los factores de riesgo e informar a las madres sobre el estado de su embarazo.
  • Ser sensible a las necesidades culturales y las expectativas de las mujeres y sus familias.
  • No realizar intervenciones de ningún tipo a menos que los beneficios superen los riesgos y sin antes informar a la mujer.
  • Permitir acompañamiento y apoyo continuo, así como libertad de movimiento y de posiciones en la labor de parto y parto.
  • Cortar el cordón umbilical hasta que deje de latir.
  • Contacto inmediato piel con piel del recién nacido con la madre.

 Con la práctica de las recomendaciones anteriores y en especial de las últimas mencionadas, se ha comprobado que aumentan los beneficios tanto para la madre como para el recién nacido, se reduce el tiempo de labor de parto y el dolor, disminuye el número de intervenciones como uso de fórceps, medicamentos u analgésicos, cesáreas, episiotomías, mejora la oxigenación fetal, facilita el inicio de la lactancia, entre otros beneficios.

Toda mujer embarazada tiene derecho a ser respetada en sus decisiones, a ser informada de las condiciones de su embarazo, las opciones para atender su parto, los riesgos y beneficios de las intervenciones,  y tanto ella como el recién nacido tienen derecho a un trato digno y atención médica, social, psicológica o la que requiera, especializada y adecuada a sus necesidades e ideología.

Se recomienda a las mujeres embarazadas buscar esta atención siempre que sea posible, y tener en todo momento una buena comunicación con los especialistas que atienden su embarazo, para lograr que los cuidados prenatales, el momento del parto y puerperio sean llevados a cabo de una manera sensibilizada, sin dañarla a ella ni a su bebé al momento de nacer, asegurándose así de que experimente, viva y disfrute plenamente un Parto Humanizado.

sábado, 14 de febrero de 2015

Maternidad Consciente en mi vida cotidiana

Maternidad Consciente significa para mi tener siempre en cuenta las necesidades de mi hijo, la etapa de desarrollo en la que se encuentra, su estado emocional, sus intereses, su salud, sus inquietudes, etc. para satisfacer y/o atenderlo siempre que sea necesario, procurando que tenga un óptimo desarrollo en todos los sentidos. Para lograrlo es necesario organizar mis actividades tanto laborales como en el hogar, para evitar que al momento de estar con mi pequeño se interponga otra labor y disminuya la calidad de la atención que le pudiera brindar. Y desde luego, también es necesario estar informada respecto a lo que implica la crianza de un hijo, aunque no siempre sea posible encontrar información escrita, sí es útil tomar nota de los tips de otras mamás, del médico pediatra, de la propia familia,  hasta de la experiencia que tengo con mi hijo día a día.
Maternidad Consciente considero que también se refiere a los aspectos de la educación, es decir lo que implica el hecho de educar a mi hijo en relación al mundo actual, a los valores universales practicados por la sociedad, en relación al lugar en el que se encuentre o en el que conviva todo el tiempo.
En resumen, para mí la Maternidad Consciente es lo que la palabra misma dice, ser consciente de la labor de ser madre, y de cómo es que mis acciones repercuten en la vida de mi hijo desde el momento de la concepción.